LINDOS LIBROS Y NO TANTO
Desde fines de enero retomé cierto gusto por la literatura que había perdido en el camino. ¿Las razones? Difícil elaborar una respuesta. Supongo que mis ansias periodísticas me llevaban a dedicarle demasiado tiempo a las noticias del día día y dificultaba mi contacto con libros. Sólo diarios, revistas y muchas páginas web. Sin embargo, la cantidad de textos interesantes que uno puede encontrar en una muy buena librería (ja) volvieron a despertar en mi esas ganas perdidas. Además, estoy empezando recién a saldar cuentas pendientes con muchos autores y obras que me había prometido conocer. En eso corro con ventaja porque me llevo el libro y después de leerlo lo devuelvo. Y sigo con otro. Paso a comentar una serie de libros interesantes que tuve el placer de leer este año. No son muchos pero la calidad creo es lo más importante.
1984 (George Orwell):
Éste no salió de la librería sino que me lo pasó mi hermana. Ya sé que su obra maestra es Rebelión en la granja pero 1984 es imperdible. El futuro más oscuro que se haya imaginado con la figura de Gran Hermano en escena. El ojo que todo lo ve y todo lo controla. El Estado todo lo controla. Aquí un fragmento por demás revelador e interesante: "No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad, sólo el poder, el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que nosotros estamos haciendo. Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nacionalsocialistas alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizás lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y por un tiempo limitado (...) Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?" ( Buró Editor, 1998, pág 202)
31 canciones (Nick Hornby)
El amante de las canciones pop pasea su formidable prosa delirando aquí y allá con canciones que según su criterio deben se escuchadas. Melómano como pocos, se despacha con muchas más que las 31 del título. Si bien no comparto sus gustos y sus elecciones (por momentos excesivamente british), vale la pena leerlo como pura diversión y entretenimiento. Aunque uno no conozca las bandas, sellos y canciones que menciona. "La mejor música conecta con el alma, no con el cerebro", es la máxima que guía toda su argumentación. Lo editó Anagrama.
Pendejos (Reynaldo Sietecase)
El periodista y poeta (me enteré cuando hace poco que tiene 4 libros de poesía publicados) se permite aquí imaginar escenas, diálogos y llevar al terreno de la ficción algunos de los casos más emblemáticos y mediáticos de los últimos años. La particularidad es que todos los cuentos están protagonizados por niños y adolescentes (de allí su título) que son víctimas y victimarios. La idea madre de Sietecase es que "una sociedad se define también por sus crímenes" No llega a ser una decepción pero tampoco colmó mis expectativas. Apenas superas las 100 páginas y se lee en una tardecita de frío como las de esta época del año. Salió por Alfaguara.