22 abril 2007

LUISITO 2007

Como todo día laboral, me levanto apenas pasadas las7 de la mañana. Si bien entro a las 9, puedo escuchar las noticias, bañarme y tomar mate con relativa tranquilidad, sin apurarme. Dado que soy tendiente a transpirar a mares, he optado por viajar en colectivo hasta mi lugar de trabajo. Puedo volver caminando porque el sudor no afecta a ningún cliente, tampoco a la imagen de la librería. Esta decisión ha afectado mi habitual tranquilidad puesto que para llegar a horario dependo de otros, de terceras personas.

El miércoles pasado, dentro de mi rutina habitual, terminé saliendo con el tiempo justo: fútbol el día anterior, cierto cansancio físico e imposibilidad de encontrar mi billetera. Para no llegar tarde me fui con lo puesto, sin un mango.

Recontra cagado de calor, transpirando bulucas (nótese la figura literaria) esperé un rato. Terminé corriendo de una parada a otra y tomé el trolebús porque la línea E no se dignaba a frenar en mi parada. Luego de mi corrida, ya sentado me felicité a mi mismo por la decisión. Pero no podía ser que tuviera suerte. Cuando las cosas no van a ser, de nada sirve hacer el esfuerzo porque terminás chocando contra una pared.

Dos cuadras después de haber subido, se escuchó una explosión, el coche se detuvo y todos abajo a esperar el próximo trole.¿El tiempo del pasajero y sus responsabilidades? Bien gracias.

El ambiente se empezó a poner espeso. La conductora no devolvía el cospel porque no estaba autorizada, la gente puteaba. Una cuadra más adelante otro trole estaba parado. En determinado momento nos devolvieron el bendito cospel, evitando que corriera sangre. Como no tenía la billetera no podía tomarme un taxi, ni siquiera tomar otro colectivo si no recibia la devolución de mi cospel. Pero allí no terminaría todo.

Entre insultos generalizados,broncas varias, saludos a la madre de Juez se escuchó un comentario que me dejó helado: “la culpa no es de Juez, que está haciendo las cosas bien, son éstas las que no cuidan nada”. Por la salud de la persona que lo dijo, por mi libertad y porque me apremiaba el horario (ya eran como las 9:10) opté por no registrar el rostro de la charlatana que decía semejantes sandeces. Esa incitación a la violencia era tentadora pero logré controlarme.Eso sí, me acordé de Luisito, su mamá y toda la municipalidad. Desde ese día salgo 8:20 para evitar este tipo de situaciones y personajes. Obviamente tampoco voy más en trolebús. Acepto donaciones para una linda motito.

2 comentarios:

fast dijo...

JUas!!!
por eso yo camino a mi laburo (y creo que a mi casorio)....
y por eso tambien es que se ven pintadas de menem aun.....(triste muy triste)

Anónimo dijo...

donaciones =

Caritas y Ministerio de Solidaridad

sino, sacate un par de años en el DNI y metete en un plan jefe de hogar

:D