EL TIEMPO NO PARA
“Yo soy un hombre bueno, lo que pasa es que me estoy viniendo viejo; trataré de hacer las cosas a su tiempo, o sino no le daré importancia al cuerpo” (Pappo-El viejo)
Una serie de sucesos desafortunados y no tanto empiezan a preocuparme. Voy camino a convertirme en un viejo choto. Cuando hace relativamente poco tiempo que di por finalizada mi pubertad, la cruel realidad se encarga de cachetearme de lo lindo. No conforme con otorgarme esa bonita silueta que luzco desde hace un tiempo (para los escasos desprevenidos tengo casi diez kilos de más), ahora se empeña en acercarme a la tercera edad. Acepto que con anterioridad me envió una serie de señales a las cuales no le di la importancia que merecían. Casi sin que me de cuenta empezaron a ocurrir.
Primero mi hermana menor (como al pasar, sin ninguna malicia) desliza frases del tipo “no, a ese lugar no voy, son todos viejos” para referirse a lugares como Cuernavaca. No soy de frecuentarlo, pero muchos amigos de mi edad e incluso más chicos concurren allí. En su momento me pareció desbocada pero ahora no pienso que esté demasiado errada.
En lo deportivo ya lo expuse repetidas veces en el blog. Está absolutamente claro que la suma de años más la pérdida de estado físico no suelen traer aparejado un gran rendimiento. Es quizás el aspecto que acepté de forma menos traumática.
Cuando voy a un bar a beber cerveza, odio que la música tenga mayor volumen que la voz de quienes me acompañan. Hace algunos años me hubiera parecido triste (“un bar de mala muerte”) que no tuvieran un equipo de sonido a los gritos pelados. Si por casualidad tengo que estar dentro del bar, donde la música invade todo, trato rápidamente de ubicar una mesa afuera, donde nada perturbe la paz y la charla. En esta actitud, debo confesarlo, me acompañan casi todos mis amigos (por ende, estimados, ustedes también envejecen conmigo).
Algunas otras situaciones son bastante más complejas pero se encaminan hacia la misma conclusión. La cantidad de compañeros, amigos y conocidos que se casaron o tiene hijos ya es casi interminable. No es una situación que parezca cercana a corto plazo para mí. Pero también es cierto que el cerco comienza a cerrarse y, tarde o temprano, terminaré de ese lado.
Sin embargo, lo realmente alarmante, lo verdaderamente aterrador ha ocurrido en los últimos diez días. Puede adjudicarse a mi nuevo empleo, pero todos sabemos que sería una vil excusa. La verdad es otra.
El hecho de levantarme a las siete de la mañana de lunes a viernes estimula como nunca antes mis ganas de dormir. Los sábados doy rienda suelta a mi libertad y le dedico todo el tiempo posible. Pero los dos últimos domingos me he sorprendido en posición horizontal a las 7:30 y 8 de la mañana respectivamente. Un suceso horroroso por donde se lo mire. No salí, es cierto, pero es imposible que me levante a esa hora. El próximo paso es tomar mate a las 5 de la mañana con la fresca matinal. Si llego a ese punto no tengo retorno. Sólo me faltarán algunos problemas de reuma, que me duela la ciática y que me pelee con la radio cuando pasan las noticias.
9 comentarios:
Facundo, viejo querido!
Ya cree, usted, que a visto muchos inviernos?
Falta que cuente como le fue en su ultimo examen de prostata.
Me parece que lo suyo es cuestion de actitud nomas! Por que no volver a correr al parque? Va a volver a querer a dormir hasta tarde...
--Ale
Facu, no te das una idea como me identifique y no me cabe ninguna duda que más de uno también lo hizo. El tiempo pasa... y creo que no nos volvemos más tecnos.
y si el tiempo pasa para todos a algunos se le nota mas que a otros y no a todos se les presenta de igual forma el famoso y nunca bien ponderado viejazo... en agunos casos la panza cervesera... en otros la incipiente pelada quizas niños revoloteando dicendo papi papi...
pero a todos nos llega....
a algunos mas rapido que otros... yo por mi parte lo de falta de estado fisico quizas nunca me de cuenta cdo me pase...
la juventud es cuestion de mente y de espiritu, vos todavia no estas tan viejo, te estas poniendo MAÑERO q es el primer gran paso antes de la senectud. Esto quiere decir, aflojale al fiambre y ponele onda che amargo!
Abrazos.
No creo haber visto muchos inviernos pero lo de los domingos es preocupante. Para la próstata falta todavía y no se si lo comentaría en el blog (nunca se sabe). Alguien se identificó pero no dio nombre, me gustaría saber quien fue. Espero no estar más tecno...
Dani, nunca tuviste estado físico y tu mala onda es parte de tu estilo. Sólo te queda despertarte temprano, situación extrema que te traerá desequilibrio seguramente. Honestamente no me imagino que un domingo te levantes antes de las 11, a lo sumo la carrera de F1 de reojo.
Y estoy un poco mañero. Le aflojé a los salames hace rato aunque mi silueta se empecine en hacerse la desentendida...
hay domingos que por fuerza mayor me levanto a las 5 ya que alas 6 tengo que estar en la planta d otra frma ya ni para ver la F1 me levanto....
Y facu si... Pero igual no estás tannn viejo. Estamos creciditos que le dicen.
Y facu si... Pero igual no estás tannn viejo. Estamos creciditos que le dicen.
Sí, creciditos estamos hace bastante. Y no estoy tann viejo pero como el tiempo no para la situación se complica algunas veces.
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